PERO NO, NO QUISISTE
En un castillo enorme, aparentemente invencible (y digo aparentemente porque solo yo sé que no puede sostener ni sus propios recuerdos); ahí, en ese lugar, naciste princesa triste, ahí donde las torres dudaron y fingieron cuidar tu llanto, ahí, donde los pasillos dudaron llevar tus pasos, ahí donde las puertas y ventanas fingieron aliviar tus lágrimas. Ahí, crecieron redondos tus senos, y así, cuando los recuerdos fueron suficientes, hubieras sido triste pero no estúpida: hubieras amarrado a tus tobillos una nube y a tus manos una estrella, hubieras desatado tu cadera, hubieras desatado tu lujuria.


1 Comments:
¿Por qué no quiere?
Publicar un comentario
<< Home